Recomendaciones para prevenir las decisiones impulsivas
Están en el cuadro de honor, son deportistas estelares, y buenos chicos, pero incluso los mejores adolescentes pueden tomar una mala decisión que lo cambie todo. La presión de los compañeros, las decisiones impulsivas o la necesidad de encajar pueden tener consecuencias que alteren su futuro o incluso les cuesten la vida. ¿Qué lleva a tomar estas decisiones y cómo podemos ayudar a los adolescentes antes de que sea demasiado tarde?
Adolescentes, sin tener en cuenta las consecuencias y tomando decisiones precipitadas que cambian la vida.
"Había entrado en mi caja fuerte, se había llevado una pistola a su habitación y se había quitado la vida", comentó Brain Montgomery, padre de Walker.
Después de una cena familiar, Walker, un joven de 16 años, se fue a su habitación y empezó a enviar mensajes de texto con alguien que se hacía pasar por una adolescente. Pero ese coqueteo inocente se convirtió en el envío de fotos desnudo, y luego ...
"Solo intentaban crear esa tensión para que Walker pagara. Querían mil dólares", indicó Brian Montgomery.
La trágica decisión de Walker pone de manifiesto los riesgos a los que se enfrentan los adolescentes a medida que se desarrolla su cerebro. El córtex prefrontal, que controla la toma de decisiones, no está completamente maduro hasta mediados de los 20 años. Esto hace que los adolescentes sean más impulsivos, persiguiendo recompensas instantáneas por encima de las consecuencias a largo plazo.
"Lo que hemos aprendido, y es importante que los padres lo sepan, es lo rápido que puede ocurrir y lo inesperado que puede ser", agregó Brian Montgomery.
Para ayudar a minimizar los riesgos que corren los adolescentes, los expertos dicen que los padres pueden establecer normas y consecuencias claras. Convertir los errores en momentos de aprendizaje, fomentar el sentido de pertenencia en las decisiones, incluido el afrontamiento de las consecuencias y mantener una comunicación abierta, hablando de las experiencias y los retos diarios. Estos pasos pueden guiar a los adolescentes hacia una mejor toma de decisiones y responsabilidad.
"Nuestro trabajo es proteger a nuestros hijos y educarlos para que sepan que si se meten en un terreno peligroso, tienen que volver", informó Brian Montgomery.
Los errores y las malas decisiones son valiosas oportunidades de aprendizaje para los adolescentes. Los padres que mantienen la calma pueden transformar estos momentos en discusiones significativas. En lugar de centrarse en la incapacidad percibida del adolescente para tomar mejores decisiones, los padres pueden explicarle los riesgos asociados a determinados comportamientos.
Lo mejor es evitar preguntar "por qué", ya que los adolescentes no suelen entender las razones de sus actos. En su lugar, los padres deben preguntar: "¿qué has aprendido y qué harás de forma diferente la próxima vez?".